Los medicamentos tienen diferentes formas de presentación. Conocer estas formas farmacéuticas permite administrarlos correctamente a los pacientes, para garantizar su efectividad.
Los medicamentos son productos que se preparan farmacéuticamente a partir de principios activos y excipientes. Un principio activo o ingrediente activo, es la sustancia o componente principal que posee actividad biológica, es decir, que produce los efectos benéficos o adversos sobre el cuerpo. Los excipientes son sustancias que se mezclan con el principio activo para dar consistencia, forma, sabor u otras cualidades a los medicamentos, y que faciliten su dosificación y uso.
Todos los medicamentos se presentan bajo formas farmacéuticas que se utilizan para prevención, alivio, diagnóstico, tratamiento, curación o rehabilitación de la enfermedad. Los envases, rótulos, etiquetas y empaques hacen parte integral del medicamento, porque garantizan su calidad, estabilidad y uso adecuado.
¿Qué es una forma farmacéutica?
Los fármacos o medicamentos se elaboran en diferentes presentaciones para permitir su correcta administración. Estas presentaciones o formatos se denominan formas farmacéuticas (también llamadas formas galénicas) y facilitan el suministro de los medicamentos al organismo por las diferentes vías de administración.
Cuando un paciente llega a una farmacia o servicio farmacéutico para reclamar sus medicamentos, presenta una fórmula en la que está prescrito su tratamiento, indicando no solo el principio activo y la forma farmacéutica en la que se le debe entregar, sino la dosis y utilización adecuada del mismo. Lo mismo sucede en una hospitalización, cuando el médico formula un tratamiento para que al paciente le sean suministrados los medicamentos.
Las formas farmacéuticas se pueden clasificar en tres formas:
Para qué sirven
Para que el principio activo de cada medicamento alcance un determinado órgano y actúe de acuerdo con los efectos esperados, es necesario utilizar la vía de administración más adecuada. Por eso es importante conocer las formas farmacéuticas; ello facilita al médico hacer una formulación indicada para lograr la efectividad del tratamiento, y al profesional de enfermería, poder suministrar correctamente los medicamentos a los pacientes.
La importancia de la forma farmacéutica reside en que determina la eficacia del medicamento, ya sea liberando el principio activo de manera lenta o con una mayor eficiencia, permite evitar daños al paciente por interacción química, solubilizar sustancias insolubles, mejorar sabores, mejorar aspecto, etc.
La innovación en la industria farmacéutica es permanente. Continuamente se desarrollan nuevas formas de hacer llegar el medicamento a su destino de la manera más rápida y eficaz, además de crear fármacos nuevos, sujetos a la autorización de patentes de propiedad, en caso de ser nuevos desarrollos de marcas, o genéricos, cuando ya pasan el tiempo para que sean de dominio público.
Tenga cuidado
La principal recomendación con los fármacos siempre será no automedicarse, sino consultar a un profesional de la salud que evalúe los síntomas y determine el tratamiento adecuado. Además de ello, también se debe tener precaución y no cambiar la forma farmacéutica sin consultar, aunque tenga el mismo componente activo, pues no todas actúan de la misma forma, haciendo que se pierda efectividad y adherencia en el tratamiento.
Por otro lado, la mayoría de los medicamentos usados hoy en día se encuentran en forma sólida, por lo que es común la práctica de partir las tabletas o triturarlas y mezclarlas con alimentos para ser administradas. Aunque esto se hace hace para facilitar la ingesta en pacientes con problemas de deglución o en aquellos en quienes es difícil administrar los medicamentos, es importante conocer que todas las tabletas tienen un recubrimiento por una razón específica y solo por esta razón no deberían ser triturada o partidas. Algunas podrían causar irritación de la mucosa intestinal o del tracto digestivo, otras podrían generar efectos secundarios o toxicidad si se daña el recubrimiento o causar otros factores de riesgo para el paciente, además, afecta las dosis recomendadas clínicamente para la recuperación de la enfermedad para la que fueron prescritas.
Otra recomendación importante es evitar remover las tabletas de su envase o exponerlas al medio ambiente para almacenarlas de forma diferente, porque ello puede incrementar su velocidad de degradación y hacer que pierdan el efecto deseado. Sacar las tabletas de su empaque o partirlas con anticipación, trae consigo problemas de identificación y de exposición a la luz y al aire, lo que favorece efectos negativos en la estabilidad.
La tarea de consumir o administrar medicamentos exige mucho cuidado de parte del paciente o del personal de la salud que apoya su tratamiento, en especial en enfermeros y médicos, quienes deben tener mucho conocimiento sobre los principios básicos de farmacología y las formas farmacéuticas para que se administren de forma precisa en la que se cumplan todas las normas básicas para garantizar la recuperación de la enfermedad.